“Ya
están otra vez los de siempre…”
Pues
sí, señora. Ya están otra vez los de siempre.
Y mientras
la justicia siga siendo más injusta que nunca, mientras los derechos sociales
se sigan esfumando como por arte de magia, mientras una panda de chorizos
(ahora se les llama especuladores que queda más fino) siga ganando dinero a
costa del empobrecimiento del resto, mientras las instituciones continúen degradándose y tolerando
comportamientos que rayan lo delictivo, mientras el desánimo se siga adueñando de nuestras
vidas, y mientras parte de la sociedad parezca dormida o anestesiada porque
todo esto no va con ellos, “los de siempre” seguirán ahí.
Otra
vez. Y otra más. Y las que hagan falta.
Y
yo se lo agradezco. Porque cada
vez que nos invitan a salir a la calle, o a firmar un manifiesto que reivindique
la honestidad, la justicia y la honradez como únicos valores admisibles, me
devuelven la ilusión y me recuerdan que no estamos solos.
Reconforta
saber que hay gente comprometida que, aunque parezca imposible, se mueve por esa
cosa tan antigua y trasnochada llamada ideales.
2 comentarios:
Es una reflexión perfecta para sostener la propuesta neofascista del siglo XXI y derribar los cimientos de este sistema podrido y fracasado. No parar hasta conquistar.
El problema de "los de siempre" es que son incapaces de ser "de vez en cuando". Hay gente que sale a la calle cuando cree que algo es injusto y merece la pena luchar contra ello, pero "los de siempre" salen a la calle por sistema y siempre que trasciende algo o alguien que no les gusta, como si la posibilidad de que exista quien pueda no aceptar sus dogmáticos credos o discrepar con ellos fuera "per se" una afrenta a la libertad o a esa democracia cuyo usufructo parecen ostentar, no se sabe en virtud de qué derecho universal o norma divina. Como si los demás fuesemos gilipollas. La arrogancia y la sinvergüenza de "los de siempre" no conoce límites.
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