“Ya
están otra vez los de siempre…”
Pues
sí, señora. Ya están otra vez los de siempre.
Y mientras
la justicia siga siendo más injusta que nunca, mientras los derechos sociales
se sigan esfumando como por arte de magia, mientras una panda de chorizos
(ahora se les llama especuladores que queda más fino) siga ganando dinero a
costa del empobrecimiento del resto, mientras las instituciones continúen degradándose y tolerando
comportamientos que rayan lo delictivo, mientras el desánimo se siga adueñando de nuestras
vidas, y mientras parte de la sociedad parezca dormida o anestesiada porque
todo esto no va con ellos, “los de siempre” seguirán ahí.
Otra
vez. Y otra más. Y las que hagan falta.
Y
yo se lo agradezco. Porque cada
vez que nos invitan a salir a la calle, o a firmar un manifiesto que reivindique
la honestidad, la justicia y la honradez como únicos valores admisibles, me
devuelven la ilusión y me recuerdan que no estamos solos.
Reconforta
saber que hay gente comprometida que, aunque parezca imposible, se mueve por esa
cosa tan antigua y trasnochada llamada ideales.